sábado, julio 2

Lo llamo ceguera

Y yo la he vivido.
Está por todos lados.
Los objetos invocan su nombre.
Miramos alrededor pero solo giramos la cabeza.
Estamos encandilados, y también sordos y mudos, en definitiva, no estamos.
Pasan los altibajos y terminan las réplicas cuando descubres que la rama es una rama.
(y te enamorabas de las sombras, de la ausencia de luz)
Me retiro rasguñada, jurandome que la próxima vez será distinto. Y solo tendrá otro nombre.
Me automedico siempre, pero parece que soy ciega crónica.

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