domingo, marzo 25

Pobre poesía

No es más que una indirecta al mundo,
un inductor del sueño.
La histeria atroz de un memoria,
también atroz.
Una evacuación que maravilla,
todo porque rima y calza.

Un aullido que me disgusta.

No es más que la rabia
que impulsa al perro
a seguir ladrando cuando uno retrocede.
La encubierta que se adosó a mí
feroz, abusiva;
nosotras no crecimos abrazadas.


Me dejaron cuidándola,
y ahora no suelto el lápiz.

No hay comentarios: